Alejandro: esta va por Sophia y Matteo
Llevo algunos años estudiando sobre género, porque en un país como el nuestro es complejo quedarse con los brazos cruzados
Mi antigua psicóloga decía que no le entrara al feminismo, que mejor me enfocara en lo positivo que hay en mi vida. “Te vas a llenar de historias muy desgastantes, no lo vale”, fue la última sentencia que me hizo. No regresé a consulta.
Llevo algunos años estudiando sobre género, porque en un país como el nuestro es complejo quedarse con los brazos cruzados; hacer de cuenta que no pasa nada sería muy cómodo, pero no soy así.
En mi última clase de esta semana, una de las profesoras comentó que la violencia sobre las mujeres era un tema en el que no podíamos disentir y tiene razón: de acuerdo con la última edición de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), el 66.1% de las mujeres mayores de 15 años hemos sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o discriminación a lo largo de la vida.
He de confesarles que estuve un poco dispersa en esa clase, me llegaron a la mente innumerables casos de colegas que me escribe…
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