La sopa se derrama
Especialistas que exhiben la demolición de las estructuras ineludibles para cubrir las necesidades de la población alzan la voz y comienzan a presentar soluciones.
Por Alejandra Latapi
Dicen que del plato a la boca se cae la sopa.
La noche del miércoles 10 de marzo de 2004 abordé el avión que me llevaría a Madrid a observar, como invitada extranjera, las elecciones generales del domingo 14. Las encuestas publicadas en los diarios españoles que leí durante el vuelo coincidían en augurar el triunfo del Partido Popular y, con ello, la permanencia de Aznar al frente del país. Cuatro bombas en trenes de cercanías y el manejo oficial de la información echaron por tierra los pronósticos. El acto terrorista, un acontecimiento trágico; la reacción y los mensajes equivocados de quienes se sentían imbatibles; la movilización, la rabia y la decisión de miles de españoles hartos que salieron a las calles y volvieron a las urnas, derramaron la sopa.
Esto viene a cuento porque, a casi dos años de la elección federal y a uno de las locales en Coahuila y el Estado de México, estamos dedicando mucho tiempo y foco a especular sobre nombres y apellido…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.