¡Que tiemblen los fascistas!
Anoche volví a sentir que las horas que gastemos marchando, gritando, exigiendo, son necesarias.
“Amlo, cabrón, pareces Calderón”. Esa comparación con la némesis queriendo ser la más hiriente. Tanto, que pueda sentirse como las heridas de las balas perdidas salidas de las Fuerzas Armadas no entrenadas para contener. A ese grito seguían las repeticiones que en varias consignas llamaban fascista al presidente. Las y los jóvenes que anoche y bajo la lluvia mostraron su desilusión. El muchacho alto, con una enorme bandera blanca, que ante cada micrófono y cámara repetía “yo voté por Amlo porque le creí”; las morras que convirtieron los cantos feministas en pacifistas, se sumaron en un solo coro para recorrer Reforma en rechazo a militarizar aún más al país.
“La calle no es cuartel ni el ejército es de él”. Las voces que gritaban y reclamaban el engaño. Más jóvenes enojadas/os quizás también consigo mismas/os por haber entregado su confianza al hombre que les ofreció pacificar al país, repartir abrazos y que ahora nos impone toda la fuerza que concentra. ¿Será porque v…
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