El poder de lo femenino
Hace ya tiempo tuve la oportunidad de tomar un diplomado de Liderazgo Transformacional y nunca olvidaré una de las lecciones más importantes de mi vida.
Por Alma Rosa García Puig
He tenido la fortuna de estar a la cabeza de organizaciones importantes. Comenzando mi carrera, me tocó incursionar en puestos directivos en un mundo de hombres. Abrirme camino y ganarme su respeto no fue fácil; de hecho, muchas veces comencé a copiar las actitudes masculinas en el ámbito laboral no sólo para encajar, sino porque creí que solo así podría crecer y tener éxito.
Aprendí a negociar, a no sentirme intimidada y en todo momento me prohibía a mí misma ser vulnerable ante nadie. Eso de llorar no era lo mío. En pocas palabras, me volví una ejecutiva fuerte, en control siempre de mí misma y cada vez que me decían que yo era una “cabrona” hasta lo agradecía.
Qué equivocada estaba.
Hace ya tiempo tuve la oportunidad de tomar un diplomado de Liderazgo Transformacional en compañía de otros directores generales con el Dalai Lama y nunca olvidaré una de las lecciones más importantes de mi vida.
Una de las clases con los monjes fue un part…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.