Primero estudiará mi hijo sin discapacidad
La pandemia amplió la ya enorme brecha educativa entre alumnos con y sin discapacidad, así como de aquellos que hablan alguna de las 68 lenguas indígenas...
La pandemia amplió la ya enorme brecha educativa entre alumnos con y sin discapacidad, así como de aquellos que hablan alguna de las 68 lenguas indígenas. La SEP nunca los apoyó durante el confinamiento y sólo simuló cierta inclusión. Hoy el nivel de deserción de 50% y el rezago educativo de entre dos a cinco años es imperdonable en un gobierno donde los pobres, los indígenas y las personas con discapacidad no se escapan de ningún discurso público.
Por Bárbara Anderson
“Durante el confinamiento los padres con poco dinero y poca conectividad tenían que elegir entre usar la computadora o el celular para trabajar primero y para estudiar después. Si en la casa había un niño con discapacidad, era quien se conectaba al final. La prioridad la tenían los hijos sin discapacidad”, me dice Guadalupe Maldonado, directora general de la Asociación Pro Personas Con Parálisis Cerebral (APAC). Allí estudia mi hijo Lucca, de 10 años.
Me tocó meses atrás, en una reunión de padres, escuchar las disculpa…
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