La guerra económica
Ojalá y los costos de las sanciones económicas sean lo único que tendremos que pagar para frenar a Putin.
El Occidente, entendido aquí como la Unión Europea, la OTAN, los Estados Unidos y algunos países más, tenía cuatro opciones para responder a la invasión rusa contra Ucrania. La primera, la de no hacer nada, era inaceptable desde todos los puntos de vista, incluido el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas que condena la invasión injustificada de un país por el otro, así como la ocupación militar de su territorio. Además, no reaccionar sería como sentar un precedente peligroso y dar el permiso a todos los revisionismos y expansionismos, incluido el chino, para que cambien los trazos de las fronteras en su vecindad a su gusto y agrado, basándose en el argumento de la zona de influencia.
La segunda opción, la de hacer poco, al estilo de las sanciones que Occidente impuso a Rusia después de que este país invadió Crimea en 2014 y la incorporó a la Federación Rusia tampoco era un camino a seguir. Hoy ya sabemos que la estrategia occidental de pegar suavemente a R…
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