Bitácora del pensamiento y la decepción
¿Por qué seguimos tolerando funcionarios gigantes en corrupción y enanos en preparación?
Estamos fracturados ¿O acaso solo yo? Dudo de mi sensación y continúo preparando el café de la mañana. Un ruido repentino me hace estremecer y con él viene a mi mente el sonido de las armas; me traslado a los primeros años de la violencia y mientras uso la cucharilla para disolver el azúcar me llegan flashazos de los encapuchados en las calles, de los cuerpos colgados en los puentes; del olor y el sabor que aún recuerdo de lágrimas de una madre buscadora.
Hoy en México la cifra de personas desaparecidas ronda las 100 mil personas y mientras los números se disparan, el dolor no cesa ¿Dónde están?
Me despejo, sigo mi rutina y me preparo para salir a la calle. Mientras me visto pienso: bolsa, el dinero mínimo necesario; veo mi anillo favorito, pero elijo el que no sea una tentación para los delincuentes; mochila, cubrebocas. Salgo como equipada para un largo viaje... quién sabe si lo será, pues vivo en el país donde matan a diez mujeres cada día. ¿Podría ser la siguiente? ¿Por qué tiene …
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