Un político en la corte
La lista de instancias en las cuales el ministro presidente ha puesto su investidura a la disposición del presidente crece día con día, y la historia lo documentará.
Un hombre que pareciera tener dos personalidades. Un ministro presidente de la Suprema Corte que a veces se comporta como juez y a veces como político. Un personaje que en ocasiones va a la vanguardia, y en tantas más se queda sentado en el último vagón del tren. Así ha sido Arturo Zaldívar durante los tres años de López Obrador. Zigzagueante, inconsistente con su propia trayectoria y con los principios que en tiempos pasados defendió. Ahora convertido en el artífice de lo que tanto criticara en la Corte, antes de llegar a presidirla. Cauteloso frente al poder y huidizo frente a la ciudadanía. Cercano al proyecto político del presidente y lejano a la contención constitucional que el Máximo Tribunal debería ejercer. A Zaldívar, lamentablemente, le ha ganado el deseo de brillar, la necesidad de ser antes de hacer. Prefiere Twitter a la toga, el megáfono a la templanza. Eso está dañando la credibilidad de una Suprema Corte que necesita fortalecerse en un contexto de disfunc…
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