Tenemos que hablar de Salinas Pliego
El presidente no corta el cordón umbilical que lo ata a uno de los empresarios más cuestionables de México.
Andrés Manuel López Obrador tenía razón al insistir en la necesidad de separar el poder político del poder económico. Las alianzas inconfesables, los contratos amañados, las adjudicaciones arbitrarias, la extracción de rentas y el enriquecimiento de oligarcas empresariales apoyados por el gobierno explican nuestro atraso como país. Explican la coexistencia de la riqueza descomunal y la pobreza lacerante. Son razón fundacional de nuestro crónico subdesempeño económico. Una plutocracia privilegiada se ha dedicado a expoliar a los ciudadanos con anuencia de un presidente tras otro. Y entre los íconos del “capitalismo de cuates” está Ricardo Salinas Pliego: intocable, impune, desafiante. Al frente de un emporio extractivo y explotador, abusa y se salta las reglas porque no encuentra resistencia en Palacio Nacional. El Presidente no corta el cordón umbilical que lo ata a uno de los empresarios más cuestionables de México. Al contrario: lo abraza, lo empodera, se acurruca junto a él.
Pero oj…
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