El miedo al no
Recuerdo que al principio no entendía nada y lo que más me costó asimilar fue la tremenda incapacidad que tienen acá las personas para decir que no.
Por Diana J. Torres
Cuando hace casi una década decidí salir de España no tenía muy claro a dónde ir, sólo sabía que me quería ir muy, muy lejos de allá. Pensé en Brasil, pensé en Estados Unidos, en Grecia, en Italia y hasta en Tailandia pensé. Finalmente me decidí por emprender rumbo a México, entre otras cosas para no tener que aprender un idioma nuevo. Ingenua de mí cuando creí que nos íbamos a entender a las mil maravillas solo por compartir léxico y gramática. Ahora, después de tantos años me da risa aquella Diana que llegó hablando acá “bien grosera”, como todxs mis compatriotas, y que tardó un buen rato en darse cuenta del factor cultural e histórico en la comunicación.
Recuerdo que al principio no entendía nada y lo que más me costó asimilar fue la tremenda incapacidad que tienen acá las personas para decir que no. Y ¡aguas!, no me vayan a malinterpretar (eso también me ha sucedido mucho), me refiero a la inmensa cantidad de maneras de decir “no” de las que dispon…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.