Ordeñando el calzón
El nivel o tu capacidad de concretar lo que piensas con lo que se puede obrar en la cama, está íntimamente relacionado con el grado de sentido común y versatilidad que posees en ti.
¿No te ha pasado que te imaginas una escena de placer idílico, sucio, excitante y desenfrenado, y que al terminar te das cuenta que nuestro acto sexual no siempre supera a la ficción de nuestras fantasías? ¿Cuántas veces has llegado a tu cita, ordeñando el calzón, solo de pensar lo que te espera, para terminar más rápido de lo que te costo cruzar periférico?
¿Te sueles imaginar a tu pareja como un Tarzán con taparrabo y cuerpo suculento y tú como la Jane deseosa de un encuentro salvaje en la humedad selvática; pero a veces termina siendo, casi, más excitante ver a dos monos comiendo un plátano que tú intentando pelar el que tienes a disposición? O qué tal aquellos que ni siquiera aspiran a consideraciones complicadas, sólo imaginan y suspiran por una buena tarde de sexo y placer cotidiano con su pareja, pero en todo caso lo normal es que la pareja quiera todo menos sexo, y ni por complacer. La verdad es que una cosa es saber desear y otra muy distinta saber realizar l…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.