El 15 por ciento
El deporte tiene un poder inigualable de unidad. Dentro de las pistas, piscinas, canchas, la mayoría de las veces, no existen razas, fronteras ni religión.
Diego, Beatrice Vio, Oksana son historias separadas que coinciden en un evento que visibiliza la grandeza de su ser; esa grandeza es lo que les permite estar ahí.
Cada 4 años los Juegos Paralímpicos aparecen como una luz, como una oportunidad, como un grito para que aquellos con alguna discapacidad dejen de ser invisibles para la mayoría de la población y, por fin, se les vea como lo que realmente son: personas con derecho a ser incluidas en una sociedad que, la mayoría del tiempo, los ve con compasión y pocas veces con admiración y respeto.
En este evento hay historias extraordinarias que nos hacen reflexionar, una y otra vez, sobre el cómo ellos no abandonan y luchan por seguir adelante para alcanzar sus sueños pese a que la adversidad es una constante en sus vidas.
Diego López nació en Xalapa, Veracruz, México. Aprendió a nadar desde los 4 años y jugaba fútbol, hasta que a los 8, le detectaron el síndrome de Charcot - Marie -Thoot, un trastorno neurológico degenerativo que regularme…
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