“Ella se volvió loca”
En diciembre conocí a una mujer africana de mirada perdida. Sentada frente a una pequeña hoguera en el patio… arropada por otras mujeres que le pasaban la mano por la cabeza. Ella perdió a tres hijos.
Kerven tiene los ojos grandes, muy grandes, y el cabello rizado en bucles tan apretados que forman ondas que caen sobre la frente; así aparece en la imagen de su carnet de identidad. El 15 de abril cumplió 3 años. Así, tan pequeñito, caminaba con sus padres atravesando la selva del Darién, 160 kilómetros de selva tropical, un lugar hermoso y exuberante que se extiende entre Colombia y Panamá; pero que paradójicamente constituye una de las rutas migrantes más peligrosas del mundo.
A Kerven lo arrastró uno de los ríos del Darién. Su mamá, una mujer haitiana, vio desesperada cuando el torrente lo arrastró, mientras ella misma intentaba salir. Gritó y gritó, pero no pudo hacer nada. Sus súplicas y lágrimas se convirtieron en nubes grises en su interior. Ahora, 2 mil 500 kilómetros más al norte, la imagen de Keven no la abandona.
Logró llegar, junto con su esposo, a la ciudad de Tapachula, Chiapas, en donde a la pérdida de su hijo, se sumó la desesperación por la imposibilidad de seguir en s…
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