El derecho a ser una taquería
Tenemos que cuestionar las relaciones verticales en las que un grupo de personas consideran normal extraer la riqueza de otros pueblos.
Se abre una pâtisserie creada por dos neoyorquinos fascinados por la deliciosa panadería francesa en Soho, los socios la llaman “Boulangerie”. Nada mal con ello. Pero un día deciden registrar la palabra boulangerie –que literalmente quiere decir panadería– como su propiedad y, evidentemente, ese registro no sólo no procede, sino que causa mucho malestar entre la población gala en la ciudad cuando se hace pública esa información. Multitudes de franceses orgullosos de su cultura gastronómica se indignan con semejante atrevimiento y protestan frente al local como los franceses saben hacerlo: rabiosos. La prensa en Francia retoma el caso e incluso el consulado francés expide una carta donde llaman a respetar la cultura nacional y su gastronomía. En la carta explican que su comida es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y además resaltan que las palabras que utilizan para referirse a sus costumbres no pueden ser propiedad de nadie.
Esta historia es falsa, pero no d…
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