Mi fin de semana con la marihuana
No tiene ningún sentido que la marihuana siga siendo un tabú.
Nunca me imaginé estar escribiendo estas líneas porque siempre he sido demasiado ñoña. Desde la adolescencia, en mi grupo de amigos yo era de las santurronas aburridas que mostraba poco interés en las drogas, incluyendo el alcohol. En la vida he fumado un cigarro y prácticamente la única droga que consumo recurrentemente es la cafeína.
Hace unas semanas estuve visitando a familia en Portland, Oregon. Una ciudad, en muchos sentidos, muy progresista (en algunos no, como lo demuestra la grave crisis de vivienda que golpea la costa oeste de Estados Unidos) y que tiene una larga historia de esfuerzos por la despenalización de la marihuana.
Es un lugar lindo, entre montañas, rodeado de naturaleza donde cada cierto número de cuadras encuentras dispensarios: lugares donde puedes comprar productos derivados de la marihuana (por ejemplo CBD para dormir, productos que ayudan a personas con alguna enfermedad como cáncer o epilepsia) y la planta en sí, lista para fumarse.
En casa de mi familia habí…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.