El arte de descansar
Este es un país en donde cada vez trabajamos más horas y demeritamos la importancia del descanso.
La semana pasada por fin salí de vacaciones. Es irónico, pero a pesar de que analizo y promuevo las prácticas de integración vida-trabajo se me dificulta tomar días libres fuera de los oficiales. El Imco (Instituto Mexicano para la Competitividad), donde colaboro desde hace una década, es muy generoso en torno a esta prestación, pero estoy tan enganchada en mis compromisos laborales y las actividades de mi familia que me cuesta encontrar el momento ideal.
Durante estos días pensé mucho sobre el descanso y su importancia. En particular, cuando vacaciono con mi familia la realidad es que descanso poco. Con tres hijos, incluyendo a una pequeña de dos años que parece un huracán, ávida de experimentar, cambio horas laborales por más horas de cuidados. Sin embargo, estas horas no remuneradas tienen un valor infinito, pues me desconecto de mi agenda y conecto más con los niños, lo que ayuda a fortalecer relaciones que, sin querer, se van desgastando con la rutina diaria.
Debo rec…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.