El privilegio de incomodar
Seguir incomodando, desde cualquiera que sea nuestra trinchera. Para visibilizar a las poblaciones que no tienen este privilegio.
Por Fátima Masse
Hace un año, me invitaron a ser consejera del Banco de Ropa, Calzado y Enseres Domésticos de Querétaro (BRED), una institución de asistencia privada que recolecta todo tipo de bienes, menos alimentos, para ofrecerlos a precios accesibles a personas que los necesitan.
En ese momento –y hasta la fecha— tenía un interés particular en vincularme con organizaciones que trabajaran directamente con comunidades a las que quisieran impactar, con el fin de darle mayor sensibilidad a mi investigación. Así que acepté.
En la reunión de arranque le preguntaron a la presidenta la razón para habernos invitado al Consejo, puesto que éramos un grupo de personas con experiencias muy diferentes. Parte de su respuesta fue “porque han tenido el privilegio de incomodar”. Esa frase se quedó en mi mente desde entonces y cada vez le encuentro más sentido.
Desde hace una década, a través del IMCO me he dedicado a analizar datos y obtener evidencia que, en muchas ocasiones, genera indign…
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