Ahora resulta que salió bien y que, si insistimos en evaluar simplonamente los encuentros entre presidentes como juegos de tenis, esta vez el punto y set fue para Andrés Manuel López Obrador. Que Joe Biden fue respetuoso, que AMLO tuvo cariño privado y público, que los índices de popularidad del primero lo pusieron en desventaja y que la aprobación y disposición del segundo lo hicieron ganar el set. Que Estados Unidos necesita a México y que ahora México tiene un presidente que pone condiciones para colaborar.
No lo veo así.
El gobierno de Estados Unidos impone trato y condiciones a cambio de que el gobierno mexicano obtenga prórrogas y silencios cómodos para el escenario político. Con el circo de que son amigos y de que Biden acepta jugar al juego de los iguales, Estados Unidos se queda con la ventaja y ni quién respingue. Con su aparente benevolencia, el internamente maltratado presidente Joe Biden apenas y se suma a sí mismo un raspón, mientras que el presidente Lópe…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.