El General tiene mucho y quiere más
Por eso escribo, por eso marché. Porque lo que estamos viendo es que la Sedena es ya el ministerio más poderoso del país.
Lo que han hecho los generales del Ejército mexicano es más sencillo en la medida en que lo han hecho escondidos detrás del Presidente de la República, un hombre con muchos defectos como gobernante pero con más virtudes como líder. Es el hombre que necesitaban para convencer a las multitudes de las bondades de tener soldados en todas partes.
Es difícil saber si los generales le vendieron la idea de que el ejército es la mejor cuadrilla de la que puede disponer un gobierno o si el presidente obtuvo esa idea de las profundidades de sí mismo. Da igual. El resultado es el mismo: los que aumentan su influencia en la vida pública cada año son los militares. Mejor dicho, los generales que los mandan y que consiguen un aeropuerto aquí, un tren allá y cientos de contratos para escuelas, canchas, edificios y tareas de salud con alcaldes, gobernadores y hasta titulares del Conacyt, sin intermediarios y, lo mejor de todo, sin fisgones.
De todos es sabido que los soldados se encarg…
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