Justicia fiscal: “Ya es hora”
La crisis sanitaria y económica, más la aceleración del cambio climático, terminó de quitar los velos que ya estaban rasgados: el conflicto no es sólo la pobreza sino la riqueza en unas cuantas manos.
Mucho se repite que uno de los grandes problemas del orbe y, por supuesto, de México es la pobreza. Es uno de muchos, claro, pero su contraparte directa también se ha vuelto un poderoso factor en el trance que vive la humanidad mucho antes siquiera de llegar al primer tercio del siglo XXI.
La crisis de salud generada por el virus SARS-CoV-2 y la consecuente depresión económica, acentuada además por la aceleración del cambio climático, terminó de quitar los velos que ya estaban rasgados y desde donde se colaban imágenes dantescas: el conflicto no es sólo la pobreza sino la riqueza que cada año, con COVID-19 o no, se ha aglutinado en pocas manos.
Este brete, además, ha validado en el mundo – sea cual sea la ideología económica – una preocupación: ¿cómo reducir con prontitud la brecha de la desigualdad, que es ya el mayor desafío que enfrenta la humanidad para su desarrollo si quiere asegurar su permanencia más allá de esta centuria?
A casi dos años de haberse detectado los primeros casos d…
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