Analfabetas. Pero todos.
Quizá hay algo profundamente violento en confinar un niño a un teléfono y esperar que todo salga de ahí.
No puede sumar. Qué importa, hay calculadora digital.
No puede orientarse. Qué importa, hay Google Maps.
No puede distinguir cómo y cuándo hay que acentuar. Qué importa, hay corrector.
No puede parar de ver violencia: pasa de Fortnite a asaltos transmitidos en Facebook a gritos en casa, a los golpes en casa.
Qué importa. Enciérrenlo, enciérrate, analfabeta instrumental.
“En condiciones de crisis siempre hay decisiones difíciles que obligan a hacer concesiones también difíciles, y nosotros somos conscientes de los desafíos sin precedente que la pandemia plantea a los sistemas escolares. Pero es mucho lo que está en juego”, reflexiona Henrietta Fore, nada menos que la directora ejecutiva de UNICEF.
UNICEF advierte que no hay excusa. Que niños y adolescentes no pueden esperar. Que hasta siete de cada diez escolares en nivel básico podrían estar enfrentando algún grado de analfabetismo aunque estén inscritos a la escuela, acudan de manera digital o híbrida y aunque esté …
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.