El Estado y yo
En aras de lo que se denomina austeridad republicana y combate a la corrupción, han desaparecido, sin medición previa de resultados, fideicomisos públicos primero y ahora órganos desconcentrados...
El Estado es una entelequia con la que tuve contacto desde muy pequeña. Mi papá era un profesor al servicio del Estado. Mi familia, en consecuencia, era derechohabiente de ISSSTE. Mi mamá cuando hablaba de esa institución le decía “el bendito ISSSTE”. Gracias a él, mi hermana asmática tuvo vacunas para contrarrestar la enfermedad. Mi primaria, la Fray Matías de Córdova de Comitán, era una vieja casa que se había adecuado para salones, pero, en tercer año, un órgano del Estado, el CAPFCE, nos construyó una escuela moderna, funcional y segura. El Estado estuvo presente en la salud y educación de una familia de clase media “en la frontera sur, donde principia México”, como decía la radio local de mi niñez.
El Estado siguió dándome escuela segura en la prepa. Abandonamos el edificio centenario del centro de Comitán para, de nuevo, estrenar escuela. Y de la Universidad, pues, ¿qué decir? Hice mío el campus de la UNAM hasta ahora. Pasé de alumna a maestra con solo el punto int…
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