Ginebra en mi vida
Regreso con muy buen sabor de boca y con la total conciencia de la dimensión del reto.
Hay lugares entrañables. Para mí, Ginebra es uno de ellos. Me dirán quienes han tenido la oportunidad de conocerla que es una ciudad aburrida que duerme temprano y despierta tarde, que tiene pocos atractivos turísticos, aunque puedas disfrutar de los mejores entrecotts, fondues y raclettes.
Cuando era estudiante en la Facultad de Derecho de la UNAM coincidí en las aulas con Jorge Castro-Valle, hoy embajador. Su papá, en aquel entonces, estaba en Austria y, junto con otros compañeros de mayores recursos económicos, planeaban sus vacaciones de verano en algún lugar de Europa. Yo, invariablemente, regresaba a mi casa: a Comitán, en Chiapas.
Durante la carrera siempre supe que lo mío iba a ser el Derecho Público y cuando cursé Derecho Internacional me fascinaron los contenidos y la posibilidad de observar el mundo en lo político y en lo económico a través del Derecho.
Como fui una estudiante a la que le gustaba salir de los muros de la Facultad, también hice amigos en la de Ciencias Políti…
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