Un militar puede ser presidente de México
Es una pena que después de casi un siglo de vida democrática, se haya abierto la puerta para que sea el ejército el que dirija potencialmente los destinos del país.
En México no se habla mal ni de la Virgen de Guadalupe, ni del presidente, ni del ejército. Esta afirmación que circulaba en el país en el siglo XX, hacía ver que ninguno de estos temas podía ser tocado públicamente, porque para qué meterse en problemas ante tres instituciones demasiado poderosas en el país y a las que no convenía alebrestar.
Me parece que no se necesita explicar el caso de la virgen en un país más guadalupano que católico y tampoco la intocabilidad del ejecutivo, pues eran los tiempos en los que, cuando el presidente preguntaba: ¿qué hora es?, se le respondía: “la que usted diga, señor”. Era la máxima autoridad y todos hacían lo que el presidente disponía, la división de poderes era una quimera y la dictadura perfecta (Vargas Llosa, dixit) era una realidad. Más valía no entrar en discusiones con el todopoderoso.
Finalmente, estaban los militares, de quienes tampoco vamos a hablar mal porque, ultimadamente, ellos tenían las armas, el poder y la fuerza de…
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