Cuando la polarización nos alcance
AMLO es un héroe por dirigir al país aun estando “tan” enfermo, o un mentiroso por engañar al “pueblo” con la idea de que estaba sano.
Hace años, platicando con alguna amiga argentina, me sorprendía escucharla decir que las cosas en su país se habían polarizado a tal grado, que al interior de las familias había rupturas o divisiones en función de sus filias y fobias políticas. Así las cosas: había hermanos que no se hablaban o padres y madres con sus hijos o hijas que tampoco lo hacían, según fueran peronistas o antiperonistas.
Nunca pensé que en México las cosas pudieran escalar a ese mismo nivel, pues si bien había cierto partidismo en el país, éste no resquebrajaba las amistades o las familias. Difícilmente alguien se dejaba de hablar por defender al PRI o al PAN. Sin embargo, ahora entiendo aquello que pasaba en Argentina, pues acá estamos igual.
Qué difícil es tratar de encontrar una posición intermedia en la visión que tenemos del país ahora. O estamos al borde del abismo, según algunos, o por primera vez estamos viendo cambios reales en el manejo de las políticas públicas. O la economía está po…
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