Los riesgos del discurso de género
El riesgo es que la conversación se satisfaga sólo con modificar modos del lenguaje, hablar en femenino, levantar la bandera del feminismo, pero que de fondo sigan sin cambiar las cosas
Por primera vez, desde que empecé a dar talleres de discurso, tengo un grupo con una amplía mayoría de mujeres alumnas. En una de las primeras sesiones, comenté que es muy difícil escribir para hombres sobre temas de género porque es muy fácil que suenen cursis, falsos o complacientes.
Como era de esperarse (porque era de esperarse) uno de los dos alumnos varones asumió esta observación como un reto personal y para su tarea escribió un discurso sobre la inequidad de género. Como también era de esperarse, fue un intento fallido. Exaltaba el trabajo no remunerado de las mujeres en su vida como algo admirable, que ellas habían hecho sin reconocimiento, pero también sin queja. El discurso no funcionaba porque su objetivo era convencernos de su preocupación, convocar al aplauso, más que preocuparse, más que hablar de una problemática, conocerla o tratar de entenderla.
Ante las reacciones críticas de sus compañeras pidió que por favor alguien le dedicara tiempo para verse en algún café; que…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.