Mi carrera contra el reloj
Empatiza que detrás de una mujer que no tiene hijos, existen miles de razones y, en la mayoría, duele expresarlo y justificarlo.
"¿Y tú, para cuándo?" Incontables veces escuché esa pregunta. Evidentemente, nadie se cuestionaba el dolor y la angustia de escuchar esas palabras. Probablemente, ni les importaba.
En tanto, buscaba mi mejor sonrisa del catálogo y fingía que nada sucedía.
Desde adolescente tuve la certeza de que nací para ser mamá; deseaba a los 24 años a mi primer bebé y mi imaginación me llevó a lugares inimaginables. ¡Ingenuidad propia de la juventud!
Hasta los 31 años conocí a mi compañero de vida (ya llevamos 10 años, echen cuentas). Ese hombre con el que decidí compartir mi vida y que pude ver como el padre de mis hijos.
Como cualquier pareja, nuestra relación empezó disfrutando la soltería, divirtiéndonos, “alocándonos” con decisiones de último momento y viajando.
Todos nos aconsejaron disfrutarlo, porque cuando los hijos llegan, decían, todo cambia. Ya afianzados, como una pareja estable, tuvimos una plática seria -y como nuestras abuelas decían- llegó el momento de formar nuestra familia.
Al prin…
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