Por Mónica Hernández Mosiño
Recién tuve la oportunidad de atender un evento en mi alma máter que me permitió, además de reencontrarme con mucha gente en un solo lugar, disfrutar de amigas y conocidas, y de pasármelo bien, encontrar mi causa. Sí, la mía.
Soy de esas personas que participan en cuanta rifa, colecta, apoyo, ayuda solidaria y donativo me proponen. Personas con enfermedades, accidentes, escuelas rurales en selvas remotas, libros, ropa y zapatos usados para donar, 50 pulseras para salvar el océano, FundMes para pagar cirugías de personas sin seguro médico, croquetas para perros, gatos y kilos de sal, azúcar, pañales y latas de atún para los damnificados del huracán anual. Ni hablemos de cirugías, tratamientos y medicamentos para perros y gatos, mi gran debilidad. Entre mi amado padre y yo hemos adoptado a una docena de perros y he aprendido que esos seres que no se pueden defender solos son los que mejor enseñan lo que es el agradecimiento. También teng…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.