Niños perdidos
Cada día desaparecen niños que son robados alrededor del mundo para realizar trabajos forzados, niños vendidos como ganado para comercio de todo tipo.
Por Mónica Hernández Mosiño
Amanece el día y mis pantallas electrónicas se llenan de caritas infantiles, un par de niñas apenas, a quienes alguien busca con desesperación. Comparto en mis redes la alerta con fe y desesperanza, en una mezcla que no me baja por la garganta. Como madre, me alejo lo más posible de imaginarme lo que debe estar pasando por la cabeza de ella y en mi mente y con mi corazón la abrazo. Cada día desaparecen niños que son robados alrededor del mundo para realizar trabajos forzados, niños vendidos como ganado para comercio de todo tipo. Pienso en los cientos de casos de niños a quienes el padre arrebata de la madre cada año y mi cabeza, que tiene ruedas propias, me descarga la imagen de Ana y Olivia, un par de niñas españolas a quienes el padre asesinó el verano pasado para desquitarse de la mujer que lo rechazó. El sacrificio de la inocencia como látigo del desquite. La muerte infantil como venganza y ajuste de cuentas entre adultos.
Es ent…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.