Buen viaje, Joan Didion. Gracias por todo.
“Gracias a Joan Didion la literatura tiene hoy un autorretrato del dolor en el que muchos de nosotros encontramos sosiego tras la absoluta devastación que produce la pérdida de un ser querido”.
“Nos contamos historias a nosotros mismos para poder vivir”. La frase no es mía (ojalá), sino de Joan Didion. Una mujer cuya pluma fue tan fuerte como su templanza. Por ella supimos que empezó a escribir a los cinco años, animada por su madre, para canalizar todo lo que sus ojos inocentes creían que era injusto. Después, el primer premio de un concurso literario en la universidad le hizo un espacio en las filas de Vogue como aprendiz. Todos hablan de que la excelencia en su narrativa la llevó a convertirse en editora adjunta, pero pocos recuerdan que, también, su crítica mordaz hizo que fuera despedida de la revista de moda por antonomasia, al tiempo que se hacía un hueco a codazos en el nuevo periodismo.
Sí, esa corriente que cada vez que se menciona sólo hay hombres como referencia: Tom Wolfe, Truman Capote, Gay Talese, Norman Mailer… Hasta el pasado 23 de diciembre, fecha en la que murió Didion y toda la prensa decidió destacar al unísono su aportación a esta mezcla de …
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