¿Por qué hay que volverse el abogado del diablo?
Soy amante de cada centímetro del rostro humano, porque es un monitor a nuestro inconsciente.
Por mucho tiempo pensé que la vida era blanco o negro. Estar bien o mal. Tener o no la razón. Y de ahí, ir descubriendo el grado de culpa que alguien tenía en las circunstancias. Con muchos golpes, varios jalones de orejas y a base de acierto y error, he descubierto que ni tener la razón me da la felicidad ni encontrar “al culpable” me ha solucionado algo, al contrario, solo tiende a hacer más pesado el equipaje.
Desde hace más de 14 años he estudiado el mundo del rostro a través del taoísmo. Es una práctica súper reconciliadora porque te ayuda a entender la opinión que tienes de tu vida y sus circunstancias a través de las arrugas, facciones, coloraciones y microexpresiones que de forma constante ponemos en la cara. Compuesta por 44 músculos faciales y en constante movimiento, es como si la lleváramos al gimnasio todos los días. Dependiendo de la expresión que hagamos de forma consciente o inconsciente, será el tipo de “ejercicio” que repetimos y eso irá moldeando constant…
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