El arte de no hacer nada, es hacer mucho
Existen muchas creencias alrededor de la pausa. Una de ellas, es que descansar es para flojos.
En nuestra sociedad tan exigente y muy influenciada por una cultura de logros, qué importante es parar. No sólo para revisar si el camino que elegiste es el adecuado. También para darle tregua a la maquinaria y si es necesario, cambiar el aceite y las llantas, o simplemente dejar que se enfríe esa maquinaria. Pero vivimos con tanta prisa, con tanto ruido mental y social, que a veces es imposible hacerlo.
Existen muchas creencias alrededor de la pausa. Una de ellas, es que descansar es para flojos. El no estar haciendo siempre algo, es para improductivos. Parar, es desperdiciar tu vida. No trabajar, es no lograr. Cuando en realidad, estos espacios, son súper importantes para recargar pilas, recalcular ruta, sanar cosas, cuestionarnos la vida, generar ideas, aumentar nuestro bienestar, aprender –y con mayor certeza, energía y claridad– retomar el camino. ¡Claramente todo lo contrario!
A mí por lo menos me costó darme estas pausas conscientes. Las tomaba obligada por un resfriado…
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