La experiencia del vuelo bueno, bonito y barato
Hoy creo que comprar un boleto de avión individual, equivale a un boleto de lotería… No sabes qué personaje te tocará al lado, una o dos horas, hasta quince.
Recuerdo la primera vez que me enviaron en primera clase, cortesía de la extinta Mexicana de Aviación y del señor que documentó mi equipaje, para que los sobrecargos estuvieran al pendiente de mí; me debían entregar sana y salva a mis abuelos. Fue toda una experiencia: la vajilla de porcelana, el vaso de vidrio y el señor un poquito borracho que iba a mi lado; no lo tachemos, me fue platicando que él fabricaba las partes pequeñas del avión y yo, pues en wow.
Hoy creo que comprar un boleto de avión individual, equivale a un boleto de lotería… No sabes qué personaje te tocará al lado, una o dos horas, hasta quince. Aunque en los últimos años he adoptado una maña al viajar: dormir (morir) en cuanto llego a mi asiento. Increíble.
Hoy es Día de la Aviación, y como esta (su) columna escribe —especialmente— de viajes, les quiero compartir mis experiencias de vuelo: el bueno, el bonito y el barato; de pilón: el diferente, no por ello (tan) malo.
1. El Bueno - ANA, All Nippon Airways de Los Ángel…
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