Por qué dejé de escribir de emprendimiento
Uno debe de apostar por el emprendedor, nunca por la idea en sí, no todo lo que brilla es oro y porque al todoterreno siempre le sobrarán caminos
Era abril de 2013 cuando comencé a escribir como columnista en la nueva web de Forbes México, mi narrativa era el emprendimiento, me encantaba descubrir historias llenas de esfuerzo y mucha estrategia, conocer a personas que hacían más con lo menos; hice grandes amigos, a la fecha, grandes maestros, entre los que continuamos emprendiendo en paralelo, ahí vamos, viendo unos por los otros. Porque de eso se trata.
El ascenso del tema fue escalando a finales de ese año, aún no se escuchaba como una moda, era aspiracional ser emprendedor, una figura de personas arriesgadas que muchas veces lo dejaban todo por la idea en la que creían fervientemente; además, ellos no lo hacían tanto por el dinero, sino por crear soluciones que mejoraran la vida de otras personas y de paso, construir un modelo escalable y sustentable a largo plazo. Una ecuación bastante difícil para quien hace negocios con el estómago.
Me invitaron a participar en la primera edición de Las 30 Promesas de los Negocios en México…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.