Las brujas que somos
Ser bruja, según nuestros propios términos, solo significa que “nunca evitarán que nos elevemos”.
En Los monólogos de la vagina hay un texto en particular que dice una de esas palabras que ya no se pueden usar fácilmente. Si bien en México se tuvo que traducir (después de interminables horas de discusiones hace ya más de veinte años) como “Reconquistando al coño”, en inglés, el texto que juega con cacofonías todo el tiempo era “Reclaiming The Cunt”. Y sí, era la historia de una mujer, tal cual se la contó a la dramaturga Eve Ensler, del cómo optó por usar una palabra “cunt”, la más ofensiva estos días, para referirse a una mujer, y con la que había sido sobajada, insultada y agredida toda la vida y convertirla en una herramienta a su favor. “Lo he reconquistado”, se declara con orgullo, y si bien este solo podría parecer un triunfo lingüístico o metafórico, el hecho es que es una enorme forma de quitar poder, al menos cultural, a quienes educan con misoginia.
Tal vez estos días, que nos digan “brujas” no suene tan aterrador como debería. Hay que recordar que a las mujeres con el at…
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