Merecía esa patada (y tal vez nosotros también)
Dua Lipa hizo lo que cualquier artista brillante hubiera hecho: no dejar que nada le robara o afectara el show.
No entendía nada —y creo que estaba mejor así— cuando empecé a leer en las redes sociales, a ver qué había opiniones, debates y reportes “serios” sobre lo ofendidos que se sentían tantos porque la cantante Dua Lipa pateó uno de esos peluches del personaje (que no voy a mencionar porque eso es lo que ellos buscan) durante su concierto cuando alguien aventó, como hemos visto ya tantas veces, este muñeco al escenario.
Es un asunto tan ridículo que debería avergonzarnos caer en el juego de propaganda, publicidad y falsa indignación por el hecho de que una de las artistas más relevantes del mundo en este momento haya decidido quitar con una pequeña patada un objeto que podría haber causado un accidente o simplemente que no le interesó recoger mientras ella y equipo daban un gran show. Si le habían advertido o no, es aparte. Hizo lo que cualquier artista brillante hubiera hecho: no dejar que nada le robara o afectara el show.
Me parece que lo más tonto de todo esto es que haya…
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