Y ahora, la reduflación
Vayamos agregando términos a la lista: estanflación, inflación y ahora reduflación. Así que si hacer la compra del súper te cuesta más, es probable que también estés comprando menos.
Lamento poner este nuevo término en el vocabulario. No es por nada, pero se escucha horrible. En una de esas, ni siquiera existe la palabra formalmente. En este mismo espacio ya hablamos de la estanflación y también de la inflación que se ha observado en los últimos meses. Ahora hay que hablar de reduflación. Este fenómeno, la reduflación –esa traducción extraña de shrinkflation–, no es ni remotamente nuevo, pero vale la pena saber de qué hablamos si queremos cuidar el poder adquisitivo de nuestro dinero o por lo menos entender qué está pasando.
Shrinkflation viene de unir dos términos anglosajones; el verbo shrink, encoger, y el sustantivo inflation, inflación. La inflación no solo representa un problema para los consumidores, que vemos cómo se deteriora paulatinamente el poder adquisitivo de nuestros ingresos, representa también un reto para las empresas, que enfrentan mayores costos en las materias primas y tienen que decidir en cuánto trasladar esos incrementos al precio…
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