Descansa en paz, Ingrid Escamilla
Los gritos de reclamo pasaron a la desesperación y luego al dolor… eran gritos con eco clamando ayuda.
2020
Era de noche. El calendario colgado en la cocina anunciaba que en unas horas acabaría el 8 de febrero. Sin embargo, ese día no había sido distinto a otros.
Ingrid Escamilla comenzó a discutir con Eric Francisco en un departamento que compartían en la colonia Vallejo de la alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México.
Otra vez los vecinos escucharon a Ingrid. Otra vez escucharon sus gritos reclamando y luego tratando de calmar una situación que todos ya conocían.
Nadie se metió. Nadie llamó a la policía.
Aquella discusión nadie imaginó que sería la última.
No entiendo cómo es que con tantas mujeres asesinadas un grito como debían ser los de Ingrid, no sacudía a cualquiera que la escuchara; pero así fue.
Los gritos de reclamo pasaron a la desesperación y luego al dolor… eran gritos con eco clamando ayuda.
Quizá pensaron: ¡Ella tiene la culpa! ¡No es nada, así es siempre! ¡Te metes y luego, regresa! ¡Déjala que se la chingue!
Y mientras esto ocurría, la vida seguí…
Keep reading with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to keep reading this post and get 7 days of free access to the full post archives.