La tía Lilia… Con las agujetas bien amarradas
Amárrale bien las agujetas a tu hermana… para que no se caiga... cuida de ella.
Mi mamá me contó que cuando era niña tenía unos zapatos iguales a los de su hermana Lilia. Eran rojos con agujetas negras que a mi tía se le soltaban a cada rato, por lo que su mamá, , mi abuela, una vez le dijo: “Por favor, amárrale bien las agujetas a tu hermana siempre que veas que se le desatan, para que no se caiga, tú eres la más grande, cuida de ella”.
En ese entonces mi mamá tenía ocho años de edad y mi tía, seis. Vivían en Puebla, pero un año después quedaron huérfanas.
Siendo una adolescente de 17 años, mi mamá decidió emigrar y llegó a Tijuana. Estaba sola, sin nada ni nadie, pero aquí encontró trabajo, consiguió una casita, hizo su vida y, años después, una vez que ya estaba bien asentada en la ciudad, se trajo a su hermana.
Mi tía Lilia se había casado muy joven, de 16 años, pero se mantuvo en contacto con su hermana. Solía llamarle por cobrar al teléfono del restaurante donde mi mamá trabajaba como mesera.
Un día mi tía Lilia le llamó desesperada pidiéndole ay…
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