Yo voté por López Obrador
Me tomó 45 años entender que yo no entendía nada del país en el que vivo. Que ‘me sobra mundo, pero me falta calle’
(Vaya manera de empezar mi primera columna para Opinión 51)
El 1 de julio del 2018 me levanté de mi cama preciosa, me hice un desayuno completo y nutritivo, me vestí con ropa “para ir a votar” (cómoda, pero bonita, uno nunca sabe a quién se va a encontrar), y manejé en mi coche del año a la casilla de votación.
Me formé educadamente en la fila (porque así me enseñaron mis papás y porque, seamos sinceros, los alborotos electorales en una de las colonias más ricas de la CDMX son, prácticamente, inexistentes), entré a la mampara y puse una X en el recuadro que decía Morena: Andrés Manuel López Obrador.
En mi casilla fui la excepción (muestra inequívoca de la insularidad), el 90% de los votos se dieron para el PAN o el PRI, el 10% a Morena fueron, muy probablemente, del personal doméstico que tiene su dirección electoral en casa de sus patrones.
No fue un voto secreto, toda la gente a mi alrededor sabía -muy a pesar de sus críticas- cuál iba a ser el resultado de Adina+crayón+boleta elector…
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