Los lazos energéticos son a veces más fuertes que los consanguíneos.
La familia no se elige, las amistades, sí.
El fin de semana pensaba en lo afortunada que soy por las amigas que tengo. Las hermanas que he elegido a lo largo de mi vida, ellas, cada una de ellas cuando por primera vez nos vimos supimos que fue un reencuentro, con todas. No soy de andar recogiendo amistades por la vida; tengo cuatas, muchas cuatas, pero amigas, hermanas, no tantas. Aunque son pocas, insisto, soy muy afortunada, y es que ellas son mujeres inteligentes, valientes, dispuestas a escuchar y a alzar la voz también, mujeres que resuelven, que no se quedan en la queja, que aportan, que crean, que comparten, que no prejuzgan; mujeres libres de pensamiento, mujeres que mueven al mundo.
Desde las “amitas de casa” que 24/7 están pendientes de crear hijos conscientes, trabajadores, educados, disciplinados y mantener el medio donde descansa su marido y su familia para que todos puedan desarrollarse, las …
Listen to this episode with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to listen to this post and get 7 days of free access to the full post archives.