Mi hija y su esposo tuvieron COVID-19 en el último mes de gestación de su primer bebé. Primero él y luego ella. Se guardaron hasta que salieron negativos.
Los padres deseaban un parto natural, pero Clarita, su bebita estaba plácidamente sentada. Fueron con una acupunturista que tiene fama mediante técnicas, cero invasivas, lograr que los bebés se volteen. Vi a mi hija hacer algunos ejercicios en las posiciones más extrañas que se puedan imaginar, pero todo fue en vano. El tiempo corría, Clara no se volteó, por lo que programaron su nacimiento por cesárea.
Las familias acompañamos a la joven pareja hasta la entrada al hospital, así es en tiempos COVID. Recuerdo que sentía el estómago pegado a la espalda, estaba temblorosa, mi hija, una madre primeriza estaba angustiada y tenia miedo; me hubiera encantado estar más cerca de ella en esos momentos. La espera se me hizo eterna, a las tres horas recibimos la primera fotografía del padre cortando el cordón umbilical, la bebé…
Listen to this episode with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to listen to this post and get 7 days of free access to the full post archives.