Tuvo que venir y decírmelo un neozelandés para que por fin cayera yo en cuenta. ¿Por qué frente a cierto tipo de problemas, graves tal vez, ustedes los mexicanos dicen “déjamelo aquí, al rato lo veo”, y ahí se queda, quizá para siempre? Cuento lo de este oceánico, un extranjero tan lejano, porque quizás, a veces, es necesaria una mirada distante para poder entenderse.
¿Eso hacemos?, me pregunté. Y no pude negarlo, lo hacemos. En algunas ocasiones, tal vez porque pensamos que las circunstancias cambiarán, que el contexto se compadecerá de nosotros, que el mundo girará a nuestro favor y encontraremos otra realidad a la cual será más fácil hacerle frente. No, lo nuestro no es procrastinar ni hacer una prórroga. No tiene que ver con aplazar lo que uno sabe que se tiene que hacer. Lo nuestro es puro y simple pensamiento mágico. Cuando regrese ya no estará, habrá desaparecido.
Sin duda se trata de una peligrosa apuesta. ¿Cómo saber qué es lo que se puede o no ignorar? ¿C…
Listen to this episode with a 7-day free trial
Subscribe to OPINIÓN 51 to listen to this post and get 7 days of free access to the full post archives.