“Dios te puso aquí para decirle al mundo lo que nos están haciendo”, le dijo un haitiano en francés a Daniel Maté antes de ser llevado gravemente enfermo a una habitación cerrada donde nunca supo sobre su destino. Ambos compartían celda en una de las estaciones migratorias con el mayor grado de hacinamiento del país (más de 500 personas) en Las Agujas, en Iztapalapa.
Durante 24 días, Maté (un reconocido y galardonado escritor y compositor de musicales de Vancouver) fue tratado como un criminal: encerrado, incomunicado, sin acceso a sus pertenencias (dinero, papeles, celular), con dieta poco balanceada -perdió 5 kilos-, contagiado de Covid-19, sin cuidados médicos y sin acceso a un abogado ni a un traductor (el habla en inglés).
¿Su delito? Haber extendido el tiempo de su estancia como turista, una falta administrativa que en la mayoría de los casos, según dicta la Ley de Migración reformada en 2011, deriva en una multa monetaria o hasta 36 horas de arresto hasta que se formaliza la de…
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