Me confieso incapaz de dimensionar el terrible momento al que nos enfrentamos actualmente, de explicar a mi hija lo que esto implica —disculpen, pero estábamos apenas digiriendo la pandemia— y de no poder dejar de asombrarme cada día de lo terrible que somos capaces de ser como humanidad.
Veo las noticias que llegan, los testimonios que se comparten en redes desde los refugios y los videos que me hacen llegar mis amistades sobre los sonidos de la guerra. Todo es tan reciente y se procesa tan lentamente que considero importante hablar del sonido en este contexto y de sus posibles significados porque como dice Amyas Godfrey “el sonido puede ser una "moneda de dos caras" en la guerra”.
Soy consciente de la distancia y de la fortuna de no saber cómo se escucha la guerra de un modo directo, únicamente a través de registros de audio y video y de los libros que leí de Vasili Grossman y otros, en donde los sonidos son parte del relato. Reconozco la capacidad de lo sonoro para…
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