“La democracia da al hombre el derecho de votar, pero no el derecho de dormir; el derecho de disentir, pero no el derecho de reducir al mínimo los ruidos de utilidad social; el derecho de ir a la escuela, pero no el derecho de oír al maestro…”.
Barón, R. 1973. La tiranía del ruido.
Las ciudades mexicanas son ruidosas, hay una población cada vez más grande sufriendo por este contaminante. Las víctimas del ruido somos numerosas y vamos en aumento y es quizás por ello que las autoridades reciben cada día más denuncias, sin embargo, las respuestas son poco eficientes: por el tiempo para ser atendidas, por la solución a largo plazo que se plantea o porque la fuente emisora no está suficientemente reglamentada. Se ha insistido en este espacio en la urgencia de robustecer la ley, de hacerla operativa, de revisar los decibeles permitidos, de sensibilizar y dotar de información a la población, por mencionar algunas estrategias. El pago de multas o faltas administrativas conduce …
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