La conciencia de ser un ‘yo’ se desarrolla en los primeros años de vida, alguien independiente de sus padres, ese momento en el cual aparece la conciencia de sí. En inglés es más bonito porque es una sola palabra compuesta: self-awareness. Es el “amiga, date cuenta”, pero no solo de lo que pasa con los otros, sino de lo que pasa por dentro. Consiste primero en enfocarse en sí misma e intentar entenderse. Darnos cuenta de lo que nos pasa es una capacidad que crece a lo largo de toda la vida porque el autoconocimiento no es simple ni estático.
Saber qué nos hace felices, qué detona nuestra ira, en qué circunstancias se dispara la ansiedad, cuáles son nuestras dudas existenciales, qué nos angustia y nos quita el sueño y cuál es el impacto que tenemos sobre los demás y que están cerca de nosotros. A veces podemos ser grises y pasar desapercibidos en las vidas de los demás o ser como un desastre natural cuya presencia trae caos y destrucción. Parece que darse cuenta sería fácil…
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